CARTAS
Escribe
Bárbara Gallardo
(en respuesta al artículo “Pospornografía: El
placer está en la fuga” de Laura Milano y Clara Paoletta, publicado en
Revista Sinécdoque Nº1)
“La rebeldía de mi alma hace
temblar todo mi ser; pero obedezco, sumiso como un esclavo.”
Sacher- Masoch:
La venus de las pieles
Tras leer “Postpornografía: el placer está en la fuga” , debo
confesar que lo primero que hice fue buscar una porno “para mujeres”. Lo
segundo, o lo tercero – cuarto, fue ponerme a pensar sobre el asunto del SDM.
Agradeciendo a lxs autorxs que hayan abierto este debate, me atrevo a proponer
una simple nota al pie.
La popularidad de Sade (y no
tanto de Masoch, ya que al pobre lo hacemos gozar ignorándolo) podría (me
cuestan los imperativos) deberse a una cierta “pansexualidad” que caracteriza a
nuestra época, a la puesta en duda de todo orden y de toda moral.
Sade representa la liberación del eros para muchxs, el espíritu que se
burla de la virtud. La victoria de la anarquista Juliette (el vicio) sobre la
tímida y conformista Justine (la virtud).
OK, asumamos que el deseo de liberarse de los tabúes sexuales ha
existido en todos los tiempos. Se trataría entonces de ver qué tipo de reivindicación sexual se
asume hoy. Se abren las preguntas, a las que nos guía Foucault: ¿Se podrá
adoptar un tipo de sexualidad que va más allá del sujeto, que estaría de alguna
manera detrás del yo, que lo sobrepasa? Ninguno de lxs dos controla su cuerpo,
el eros de unx comunica al eros de otrx sin que el sujeto mismo ejerza un
control verdadero. El carácter orgiástico de la sexualidad contemporánea pone
en cuestión la posición del sujeto. Y lo celebramos.
Pero, siguiendo nuevamente a Foucault, nos encontramos con una
entrevista de 1976, en la que dictamina: ¨Sade nos aburre, es un sargento del
sexo”. En esa misma entrevista el autor propone inventarnos un erotismo no
disciplinario de “placeres sin cálculos”. Los made in Occidente estamos
obsesionadxs en arrancarle la verdad al
sexo. Y quizás vayamos a hacer lo mismo explicándonos el SDM como
”desplazamiento radical al dispositivo de sexualidad” ( Javier Sáez, citado en
el ensayo).
Para esto lxs muchxs buscamos la verdad del sexo, y algunxs muchxs le
exigen sus propias verdades. Dista igualmente de ser el caso del posporno, que
se rebela contra lo estereotipado. O así lo entendí yo. Solo quería acotar esta
nota, porque donde vemos fuga, también encontramos dispositivos y disciplinas.
Occidente se ha organizado alrededor del sexo, a través de técnicas
religiosas, médicas o sociales. Antes que una prohibición, este es un pliegue
al interior de una estrategia compleja y positiva. Esta problemática entra en
el problema más general del poder, que se ha entendido en términos de
represión, y Foucault lo entiende como incitación, como poder-saber.
No estoy diciendo
nada nuevo, sólo es una pequeña nota al pie.
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